miércoles, 16 de noviembre de 2011

Flameado a la vodka

-No puedo estar loca, se dijo-.  En tres horas venían a buscarla y ella respira con angustía y con el vasito azul lleno de vodka, -para los nervios, no ve- como comunmente decía. Al cabo de las tres horas, ella pasaba de ser una persona libre y cuerda a una persona encarcelada y loca. Sí, era el manicomio lo que le esperaba. Lo que le hacía falta. Deja de ser todo, de ser cada cosa en lugar, ahora y allá los delirios palpitan en la indulgencia de tus pensamientos. Burbujas.

(Al fin de esta frase, se la llevaron, la vi por la ventanita azul cuando desparramó todo el vodka).

lunes, 14 de noviembre de 2011

Escape

Corazón, a pesar de todo,
del paso del tiempo,
de las nubes,
de las bicicletas
y las risas,
mi esperpéntica alma
todavía te busca.
Aquí,  medio muerta ando
tragándome los días
solo para verte.