El deseo que me provoca tu olor
es el de llevarte a la cama, que llegues a la dulce muerte
a la muerte por envenenamiento
para que concretes tus horrendos planes
de espantar mis nubes.
Desengáñate,
las miradas surtieron efecto
tus afrodisíacos sabores finalmente me llevaron a mí y a todos mis excesos
hacia tu sudor.
Ahora goza de este esperpento que tienes delante
y no reproches la falta de amor
más bien disfruta de esta plétora de diversión forzosa, corazón...