viernes, 12 de agosto de 2011

Situación 1

-¡Mi nariz!
-¡¿Qué?!
-¡Mi nariz, mierda, mi nariz!
-¡¿Qué demonios te pasa?!
-¡Aaaaaaaaaaaaaah, mi nariz!

Estaban a oscuras. Ella inmóvil, sudorosa y espantada. Acaban de hacer el amor y ambos no podían creer lo que había pasado. Él sostenía un brassier y lo que parecía un hueso, era un pedazo del cartilago de su nariz. Temblaban porque además de no conocerse se encontraban ante una situación desconocida: la salida voluntaria de un hueso.

-¡Llamemos a un médico!
-¡NO!

Aquella negación fue tan contundente que Ella desistió al primer momento, pero enseguida se vistió y trajo vodka para anestesiar la situación. Él lo saboreo y sintió el vacío. No se dijeron nada por unos minutos. Ella lo entendió todo: había llegado a la vida de Él para quitarle el dolor. Preparó entonces, un cóctel. Vodka y veneno para ratas. Él saboreo la muerte hasta la última gota.  Al final del trago,  Ella salió de aquella casa con lágrimas en los ojos y un pedazo de nariz en el bolsillo. Nunca se había sentido tan perturbada.