domingo, 25 de marzo de 2012

de las sensaciones y otras pimientas

 la angustía...
                                    constante y sonante
                                                                  cantante menguante

Asesino predador

Desde hace mucho que tengo ganas de asesinarlo. Día tras día mis instintos más bajos calculan una gran caída por la escalera o un atropellamiento intenso o tal vez una muerte lenta por envenamiento.
Cuando me encuentro tribulando en lo único que encuentro aliento es en el día que lo vea dar su último hálito. Pero planificar un asesinato no es lo mismo que solo matarlo con furia, me parece que asesinar es un acto de liberación para el Otro, así que debería hacerse de manera planificada. Trabajo con una pequeña muñeca voodoo para imaginarme cada convulsión con una presición milimétrica para así aliviar mi purulenta alma.
Ha llegado la hora, lo oigo, respiro, me calmo, calo de a poco el cigarillo que  tengo entre mis dientes, exhalo, camina frente a mí, cae, me mira, no está sorprendido. Ahora mi alma se siente más tranquila.